En primer lugar, pienso que Pablo Raéz era una persona increíble, un chico lleno de esperanzas, de fe y de ganas de vivir a pesar de estar pasando por, supongo que, una muy dura etapa.
Creo que todo lo que mostraba en sus redes sociales servía para mucha gente como una fuente de esperanza, ha ayudado a muchas personas a seguir adelante y a dejar sus problemas diaríos a un lado tras darse cuenta de que hay cosas mucho peores y mucho más importantes.
Desde mi punto de vista, y para acabar, llevaba bastante tiempo siguiéndole en Instagram y leyendo sus reflexiones cada día, las cuáles me parecían alucinantes. Y como he dicho anteriormente, las utilizaba de ejemplo para centrarme en lo que verdaderamente importa.
Ojalá existieran más personas como él, personas que viesen el lado positivo de todo lo que les ocurre, personas que transmitesen felicidad y preocupación solo por las cosas que de verdad son importantes, creo que para vivir siendo feliz, es necesario tener la fe que Pablo tenía y contagiar a todos nuestra felicidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario